En una mañana tranquila, es menos probable que quieras empezar el día con mucho café o una comida copiosa. Una bebida de menta y manzanilla es una alternativa sencilla que refresca y mantiene una sensación de ligereza. Basta con preparar una cucharadita de menta seca y manzanilla en un vaso de agua caliente, dejar reposar de 5 a 7 minutos y añadir una rodaja de limón. Esta bebida combina bien con un ritual de despertar lento: música tranquila, una ventana abierta y una luz tenue. El líquido caliente ayuda a “despertar” el cuerpo desde dentro, incluyendo las articulaciones, que pueden estar un poco menos activas por la mañana. El consumo regular de este té por la mañana crea un equilibrio interno y te prepara para el día sin prisas. La menta refresca la mente y la manzanilla suaviza las sensaciones corporales. Esto no es un tratamiento, es un cuidado. Simplemente una bebida que vale la pena probar en lugar de tu té o café habitual.