Nuestro hogar es el lugar donde pasamos la mayor parte del tiempo y, a menudo, afecta la sensibilidad de las articulaciones. Sentarse en sillas duras, suelos sin alfombras, mesas bajas… todo esto crea microtensiones que el cuerpo almacena. Para suavizar el espacio, empieza con cosas sencillas. Coloca una alfombra junto a la cama para que por la mañana no pises el suelo frío, sino algo agradable. Usa almohadas en la zona de estar, especialmente si trabajas mucho tiempo en un escritorio. Si es posible, sustituye las sillas de plástico por sillas con respaldo. Para descansar por la noche, es mejor elegir un lugar donde puedas tumbarte, colocando almohadas debajo de las rodillas. Estos pequeños detalles parecen imperceptibles, pero tienen un efecto a largo plazo. Las articulaciones no responden de inmediato, sino gradualmente, tanto al apoyo como a la sobrecarga. Por lo tanto, la comodidad en casa no es un lujo, sino una base diaria para la movilidad.